A media luz (Salón Fru-fru)
A media luz (Salón Fru-fru)

Sinopsis

El cantante de tangos Miguel, pobre y amargado, entra a trabajar a la carpa de madame Fru Frú, que funge como adivina. Al triunfar se hace su amante y vive en su casa pero también tiene amores con la artista Coquitos y paga el pasaje de Susana, joven sobrina de un cómico que se ha quedado huérfana y que llega como sirvienta del Fru, Frú.

La chica recién llegada y Coquitos riñen por Miguel pero él no ama a ninguna y un día que llega borracho, Susana lo cuida y él la hace suya. Ella se embaraza y es despedida del Fru Frú por lo que la joven intenta suicidarse. Al ser hospitalizada, Miguel –sin saberlo- pide dinero al Fru Frú para que Susana vuelva a su pueblo. El dinero le es negado así que Miguel golpea a madame Fru Frú. La caída le provoca la muerte. Miguel toma el dinero, lo da a Susana y huye de la policía pero lo tirotea un criado de la casa y muere en brazos de Coquitos.

 

Acerca del director:

Antonio Momplet 

Director de teatro y cine, periodista, guionista y productor. Nació en Cádiz, España, en 1899 y murió el 10 de agosto de 1974 en Cadaqués, España.

Realizó sus estudios en Barcelona. En 1927 se trasladó a París, Francia, donde trabajó para los estudios Gaumont. En 1931 colaboró con el director Maurice Tourneur en la cinta Maison de danses.

Antonio Momplet se caracterizó por ser un “verdadero trotamundos, ejerció tareas teatrales y cinematográficas en Alemania, Francia, Italia, China, Japón, India, Canadá, Estados Unidos y la Unión Soviética. Su debut como realizador en el cine español se produjo con el filme Hombres contra hombres (1935), cuya acción es ambientada en la Primera Guerra Mundial, el cual fue elogiado por la crítica. Cambiando de orientación, rodó luego La farándula (1936), con Marcos Redondo, cuya confección se vio truncada por la guerra, pero que sería terminado, sin la intervención de Momplet en la posguerra, y La millonada (1937), su última película de este periodo, basada en la obra teatral homónima de Enrique Suárez de Deza.” (GUBERN, Roman. Cine español en el exilio. 1936-1939. Barcelona, Ed. Lumen, 1976. P. 179)

Además trabajó como periodista, representante de artistas, traductor y adaptador de diálogos de películas extranjeras. A principios de la década de los treinta fundó la revista Cine Art, que le dio prestigio como crítico y teórico de cine.

En 1937 debido a la Guerra Civil en su país (1936-1939) viajó a Argentina, donde dirigió ocho largometrajes: Turbión (1938), Novios para las muchachas (1941), En el viejo Buenos Aires (1941) y Los hijos artificiales (1943), entre otros.

Después de filmar Los hijos artificiales (1943), Antonio Momplet Guerra se trasladó a México para incorporarse a la industria cinematográfica como guionista de El corsario negro (1944) del director Chano Urueta.

Ese mismo a